MADRID // La jornada se ha cerrado definitivamente cuando Alfon ha entrado entre aplausos y cánticos en el local de Bukaneros, la hinchada del Rayo Vallecano, donde le esperaban su familia y decenas de amigos y conocidos para celebrar su puesta en libertad. Allí, ha recibido continuos abrazos y besos. “¿Qué tal estás?”, preguntaba, sonriendo, a uno de sus amigos. “¿Pero cómo que qué tal estoy? ¡Dime cómo estás tú!”, exclamaba éste. Han sido casi dos largos meses en los que el joven vallecano ha permanecido en prisión provisional bajo régimen FIES.
La espera, desde luego, ha sido larga. Desde las primeras horas de la mañana, la noticia de la inminente liberación de Alfon comenzó a correr como la pólvora. Su madre, Elena Ortega, se lo confirmaba a La Marea aún con grandes dosis de incredulidad. “Hasta que no vea a mi hijo no me lo acabaré de creer”, aseguraba. Y es que la espera comenzaba a dilatarse demasiado.
A los pocos minutos, la Plataforma por la Libertad de Alfon fletó un autocar para ir a la cárcel de Soto del Real a recibirle, en el que decenas de personas celebraron, por el camino, la inminente liberación del joven. Entre cánticos, risas y bromas, Elena recibió, por medio del abogado, el auto en el que se detallaba la puesta en libertad de su hijo. Su cara, hasta entonces un tanto contenida, expresó de pronto relajación y felicidad: “Ahora sí, ya sí me creo del todo que voy a ver a mi hijo”.
Al llegar a Soto del Real, entre una espesa niebla y bajo un frío intenso, los funcionarios de prisiones dieron la noticia a Elena de que la liberación de Alfon podría dilatarse más de lo esperado. Estaba prevista para las 15:00 horas, pero desde la cárcel advirtieron que probablemente se produciría a las 20:00 horas. Poco importaba. Llevaban semanas aguardando este momento. “Esto ya no es espera”, comentaban sus familiares. El autocar con el grueso de personas decidió ir al pueblo cercano hasta que se acercara la hora fijada.
Entre tanto, la Guardia Civil avisó de que no permitiría nada que se pareciera a una manifestación a las puertas de la cárcel. En la carretera de acceso a Soto del Real, los agentes organizaron un dispositivo en el que detuvieron a los coches que pasaban e identificaron a sus ocupantes. Al volver el autocar, realizaron un registro exhaustivo de cada uno de los pasajeros.
Y entonces, sobre las 18:00 horas, Alfon salió, sonriente, y comenzó a abrazar a sus seres queridos: su madre, su padre, su abuela, su hermana. Su novia no había podido llegar a tiempo debido al control de la Guardia Civil. Mientras, decenas de amigos y conocidos del joven rugían: “Liberado, Alfon liberado”, “Cifuentes, escucha, Madrid está en la lucha” y otras consignas.
“Cuando me ponía a pensar en todo el apoyo que tenía fuera se me hacía todo mucho más sencillo. Ha sido un privilegio, si se le puede llamar así”, declaraba Alfon a los medios nada más salir. “He contado con el apoyo de mi familia, de mis amigos, de mi pareja y de todo el Estado… y de mi madre la primera, que es una heroína”, continuaba, mientras Elena corría de nuevo a agarrarle. “No hay nadie tan orgulloso de su gente como yo ahora mismo”, afirmaba el joven.
Alfon reconoció que la incertidumbre que le creaba el no saber qué iba a ser de él, y “estar a expensas de que la policía presentara algún informe”, hizo que la estancia en el FIES fuese aún más dura. Una periodista le preguntó que si había sentido miedo. “No, nunca, somos unos valientes, y desde luego vamos a seguir luchando”.
Su abogado, Erlantz Ibarrondo, ha explicado a este diario que la jueza no ha dado ninguna razón para la “libertad provisional” a Alfon. “Simplemente ha habido un cambio de criterio, que no está argumentado. Ella tiene la potestad de acordar la prisión y la libertad cuando lo cree conveniente”, ha detallado. “Lo mismo que había antes para ponerlo en libertad lo hay ahora, pero bueno, sea como sea, bienvenido”, ha zanjado. En cuanto al informe policial, aún no se sabe si ha sido entregado a la jueza. En cualquier caso, el próximo paso se dará cuando comience la instrucción del juicio, donde declarará la policía, la familia de Alfon y las partes implicadas. “Intentaremos acreditar que Alfon no ha hecho lo que dicen que hizo”.
Ya de vuelta con los suyos, en la sede de Bukaneros, el joven vallecano ha vuelto a recibir el apoyo de decenas de personas. También de su madre, que ha sido la cara visible de la lucha por la libertad de Alfon, a quien ya vitorean con el sobrenombre de Elena Coraje.
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